PETROGRABADO SAN HIGINIO.
El nombre del petrograbado obedece al mismo de la propiedad donde se encuentra, el cual es de muy difícil acceso por encontrarse en propiedad privada, aun cuando el mismo se encuentra en las inmediaciones de una población densamente poblada como es el Llano de Ánimas. Este último se encuentra en la parte alta del Cerro Mal Paso, el cual conforma la cuenca sur del Lago de Amatitlán, Guatemala,
Previo a tratar sobre el petrograbado San Higinio, se considera hacer una brevísima relación del sitio arqueológico Kaminaljuyu, dado el caso que los grafismos del mismo responden al estilo de tan importante del sitio. Esta opinión compartida por la Dra. Andrea Stone, quien piensa que parece corresponder al Periodo Preclásico Tardío (200 a C. - 250 d C.). Kaminaljuyu, denominación que en lengua K’iche’ significa “Cerro de los Muertos”, se encuentra ubicada en la meseta central del Valle de La Hermita, en el cual hoy día se asienta la Ciudad de Guatemala.
Es de mencionar que en los momentos tempranos de Kaminaljuyu, los primeros asentamientos se dieron en el margen de la Laguna de los Tiestos o Laguna Miraflores, así como en los alrededores de la laguneta El Naranjo (hoy día desaparecidos). También se incluye la existencia actual del río Villalobos el cual contiene gran cantidad de rocas basálticas, ignorándose el por qué nunca fueron talladas ni utilizadas en sus edificaciones. Es de hacer notar que el mismo desemboca en el Lago Amatitlan,
Así mismo, se considera de especial interés el mencionar que Kaminaljuyu fue el sitio más importante de las Tierras Altas de Guatemala. El mismo se inicia durante los periodos más tempranos del formativo (900 a. C.), continuando hasta el Periodo Clásico Tardío 900 d.C.). Sus edificaciones más tempranas son pequeñas plataformas rectangulares. Con el paso del tiempo llegó a ostentar más de doscientos montículos elaborados con mezclas de barro, arena y tobas volcánicas, así como algunas estructuras mucho más complejas de cuerpos escalonados, escalinatas con alfardas, talud tablero etc. Estos últimos se pueden apreciar en el “Parque Kaminaljuyu”. El patrón de asentamiento lo conformaban plazas abiertas de estructuras ceremoniales, administrativas, como posiblemente habitaciones de la alta jerarquía, habiendo superado a cualquier otra ciudad del altiplano guatemalteco, con una ocupación continua que se inicia aproximadamente mil años antes de nuestra era, presentando ocasionalmente evidencia cerámica correspondiente al Periodo Posclásico (900-1524 d. C.). Lamentablemente hoy día se encuentra en vías de extinción, dado el crecimiento urbano de la ciudad.
Curiosamente Kaminaljuyu contaba con varios mantos de agua pero no se conoce de ningún petrograbado que halla sido encontrado en sus alrededores, siendo el presente petrograbado, el primero que se puede atribuir a tan importante cultura. Es importante hacer notar que el hecho de haber contado con más de un manto de agua facilitó crear un complejo sistema hidráulico que contribuyó de gran manera a su desarrollo, dado el caso de la vocación agrícola de las fértiles tierras del área. Otro factor muy importante fue el haber detentado la cantera de obsidiana denominada El Chayal, que como es bien sabido, fue muy difundida en gran parte de Mesoamérica. De igual forma en sus cercanías existen yacimientos de jadeíta, andesita, óxidos ferrosos dentro de muchos otros productos que pudieron ser motivo de comercio a distancia.
Concerniente al tema que nos atañe en particular, es de hacer notar que muchas manifestaciones iconográficas de Kaminaljuyu conservan una gran similitud iconografía de estilo Olmecoide, por no decir concretamente Olmeca, ya que en ciertas estelas se aprecian íconos pertenecientes a esta cultura, no estando de más el hacer notar que el pictograma El Diablo Rojo, que ha sido totalmente aceptado en definitiva como perteneciente a la referida cultura Olmeca, se encuentra a una distancia espacial muy cercana al petrograbado San Higinio. El Diablo rojo fue fechado por C14 habiendo aportado una fecha de 3030 + - 45 años, según el informe del análisis proporcionado por el Dr. Marvin Rowe y Karen Steelman del Departamento de Química la Universidad de Texas A&M.
El estilo escultórico-iconográfico de Izapa (México), se ha considerado que deriva de la Cultura Olmeca, mismo que comparte con algunos otros sitios; siendo Kaminaljuyu el único con quien se harán una comparación en este documento. Las estelas 5 y 11 de Kaminaljuyu se presenta como un ejemplo análogo de las esculturas de Izapa de las que Proskouriacoff los definió como “grotescas figuras hetereomórficas compuestas y tomadas de varias formas combinadas de diferentes signos de vida sobrenatural”. En particular quien escribe la ve como composiciones imaginativas así como íconos alegóricos a ciertas deidades.
El petrograbado de San Higinio comparte esas características que de alguna forma inmediata nos hace recordar los frecuentes componentes de las esculturas de ambas culturas, que muchos arqueólogos se han referido como representaciones de “dragones o monstruos” las cuales responden a la individualización de divinidades propias de su cultura.
El petrograbado San Higinio es sumamente difícil de interpretar, si bien se puede decir que guarda cierta filiación con el sitio Kaminaljuyu por su estilo, el mismo se encuentra a más de 35 Kms. de distancia.
En la rivera del Lago Amatitlán existen varios sitios prehispánicos mucho más cercanos al petrograbado, como los sitios Amatitlán, Mejicanos, y Contreras que Kaminaljuyu, pero estos responden a una temporalidad más tardía. No obstante que este grafismo se encuentra dentro del área denominada Llano de Ánimas, dentro de la cual existe el sitio arqueológico denominado Monte Sion, el cual presenta una buena cantidad de petrograbados, mismos que han sido motivo de estudio del Mtro. Carpio Rezzio desde el finales de 1997 aproximadamente. Los que se consideran que también son más tardíos.
San Higinio es mucho más temprano, dado el caso que presentan un rasgo que no se debe de obviar y es que en la parte superior de la roca que presenta el petrograbado, se encuentra una concavidad dentro de la cual, con los años hubo una deposición de tierra, al grado que en la fotografía se puede observar que le han crecido algunas plantas silvestres en su interior; algunos investigadores han denominado estas oquedades no naturales como: cúpulas, tacitas, bacines, etc. Y La realidad es que no existe un consenso en como se debieran de denominarse por haber sido muy poco estudiadas. De lo que si se tiene conocimiento es que pertenecen a una cultura muy temprana, hay ciertos lugares en donde en conjunto existen en abundancia. Hasta hoy se han propuesto algunas teorías al respecto pero ninguna de ellas es sustentable.
Monte Sion presenta unas oquedades descritas por Carpio Rezzio (1998), pero difieren mucho en su morfología así como la totalidad del corpus existente difiere mucho en su estilo, por lo que no es posible sugerir ninguna filiación cultural.