domingo, 14 de octubre de 2012
martes, 27 de marzo de 2012
INTRODUCCIÓN
Después de haber tenido el privilegio de ser parte de
la administración del patrimonio cultural de Guatemala, se tiene la ineludible
obligación de difundir los aspectos más relevantes que se vivieron durante
muchos años laborados en el Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.
Por tal razón se ha considerado en este momento hacer del conocimiento de la
comunidad arqueológica la presentación de la pintura rupestre de Guatemala.
Aspecto relacionado, en más de algún momento con los primeros pobladores de
Guatemala, siendo este para, Ericastilla Godoy, la razón coyuntural del tema
que hoy nos ocupa.
El utilizar las fotografías y dibujos de una
misma pintura responde a que en muchos casos, ya sea por condiciones
ambientales, de ubicación, de iluminación o bien por erosión de la misma
pintura, u otros factores incidentes, existen rasgos del pictograma
que la cámara no capta de una manera muy precisa. Es por ello que se
recurrió a la proyección de la imagen sobre un papel y trazando los
rasgos obtenidos, complementándolos con los dibujos obtenido in situ. Al
respecto se da el reconocimiento de los dibujos de Hugo Caballeros (Robinson
2000) de La Casa de Las Golondrinas, de quien se utilizaran sus dibujos
como complemento de los que de hecho ya se tenían y que posteriormente fueron
digitalizados como hoy se presentan.
Sergio A. Ericastilla Godo
ARTE
RUPESTRE.
El Arte
Rupestre, ha sido una forma de expresión del hombre desde tiempos inmemoriales,
que se pierde en los albores de los grupos más tempranos del Periodo
Paleolítico Superior de Europa, aproximadamente: 35,000 años a.C. Este
fechamiento se podría decir que rivaliza, relativamente, con algunas
manifestaciones pictográficas de Suramérica. Lamentablemente en Guatemala aún
no se tienen fechamientos absolutos, pero en determinado momento podrían dar
inesperadas sorpresas.
El arte
rupestre no se considera que se halla realizado inicialmente con el concepto de
arte que se tiene hoy día, es decir, el arte para el deleite del diletante, si
no como un medio imperativo e inherente al ser humano de comunicarse con el ser
rector de su cosmogonía, como de comunicarse entre sí. Esta práctica es
parte de la expresión espiritual de las culturas tempranas, que representaron y
hoy día continúan representando sus conceptos mágico-religiosos y actos
cotidianos en su indumentaria, así como eventos que en determinado momento han
revestido una connotación especial en su vida diaria, por lo que fueron
conmemorados y trasmitidos a otras generaciones y a otros grupos coexistentes.
Es preciso mencionar que dentro de algunos grupos sociales de Guatemala, aún
existen sitios aislados con representaciones rupestres considerados, hoy día,
como lugares sagrados de peregrinaje en donde se realizan actos ceremoniales.
Es de hacer
notar que las cuevas y abrigos rocosos han sido ambientes propicios para la
elaboración de pictogramas. Los mismos coadyuvaron para que las pinturas hayan
perdurado hasta nuestros días. Para el hombre prehistórico, estos fueron
espacios favorables para guarnecerse de los elementos naturales, ubicados
próximos al elemento agua que, como propiciador de vida, se constituye en una
constante dual de grafismos encontrados siempre próximos a un manantial, río, o
lago, lo que hace pensar en el elemento agua como un componente de las
representaciones graficas, sean éstas líticas o pictográficas.
El Proboscidio de Chuacús
El arte rupestre en Guatemala es tan antiguo como el momento de los grandes cazadores, lo que
se evidencia en una roca al sur del Departamento de Baja Verapáz. El Proboscidio de Chuacús como se ha denominado el pictograma que
presenta la figura de un proboscidio, así también se evidencia la temprana
costumbre de representar por medio de pintura en roca, lo que para los primeros pobladores de Guatemala sería
una forma de comunicación temprana, o indicativo del paso o existencia de
dichas fauna mayor en el área.
Esta
ultima aseveración lo confirma el informe de los Inspectores del Departamento de Monumentos Prehispánicos y
Coloniales: Jacinto Cifuentes y Américo Noguera (Q.E.P.D.) quienes notifican
del rescate de un proboscidio efectuado en la quebrada Chiticoy, Rabinal,
Municipio de Baja Verapaz. De igual forma informa Jorge Ibarra informa del
descubrimiento de la osamenta fosilífera de un megaterio recuperado en las
inmediaciones de Salamá, Baja Verapaz.
Un grafismo muy interesante se observa sobre los
cuartos traseros del proboscidio, el cual presenta el motivo U,
símbolo muy temprano de la Horizonte Olmeca. No estando de más el hacer la reseña que los grafismos
en cuestión no comparten la misma temporalidad
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